Existe ya un público, cada vez más numeroso de personas, entre los 16 y los 45 años, que necesitan sentirse vivas, disfrutando de su tiempo libre para desconectar de sus rutinas, convirtiéndolo en algo más que afición. Y aquellas marcas que deseen sintonizar con ellos saben que una de las mejores maneras de hacerlo es la de estar presentes en su ocio llamando su atención cuando están más interesados.
El paracaidismo deportivo es una de las actividades más vistosas entre las de aventura. Las imágenes aéreas impactan rotundamente tanto entre quienes practican como miran estas actividades.
Todos nos hemos visto en algún sueño volando los aires con los brazos abiertos, atravesando nubes o rasando el suelo como Peter Pan, sintiendo esa sensación de libertad que es casi imposible conseguir. Y digo casi, porque ahora sí que podemos conseguirlo.
Saltando desde un avión podemos volar con nuestras “alas”, no son perfectas pero sí que nos lo permiten, aunque éste sea un vuelo hacia abajo, pero vuelo a fin de cuentas. Extender y flexionar nuestros brazos y piernas nos da en el aire el control necesario para mantener nuestra orientación y nos permite hacer todo tipo de maniobras, pero no nos permite aterrizar, y para ésto tenemos aparatos que nos llevan hasta el suelo con total seguridad, los paracaídas.
Gracias al paracaidismo hemos podido despegar del suelo los pies en la forma que mejores satisfacciones nos puede dar, practicar la caída libre nos da la posibilidad de sentir las sensaciones de un pájaro, notar como el aire fluye sobre nuestra piel a más de doscientos cincuenta kilómetros por hora, algo que solamente podían sentir los halcones.
Únicamente se necesita estar en buena forma física y mental, y no haber consumido medicamentos que pudieran afectar al comportamiento normal de cada individuo.
También se debe tener en cuenta episodios pasados de problemas cardiacos, si se ha donado sangre recientemente o si se ha realizado submarinismo con botella. En cualquiera de estos casos se deberá informar al monitor del curso para que tome las medidas oportunas y decida si es el momento indicado para realizar el salto o no.
Exceptuando los problemas cardiacos, si esperas un par de días entre actividad y actividad, podrás realizar los saltos en perfectas condiciones y disfrutar de una experiencia única en la vida.
La edad mínima para saltar son 16 años. Los menores de edad deben hacerlo con autorización paterna.
Lo necesario para saltar:
- Doble paracaídas: uno principal y uno de reserva. Disponen de varios dispositivos de apertura.
- Sistema de apertura cronobarométrico: hace que el paracaídas se abra por sí solo a determinada altura, aunque el saltador no accione el dispositivo. Así se garantiza el 100% de las aperturas y se evita el posible error humano.
- Altímetro: puede ser visual o acústico. Éste ultimo va acoplado en el casco y avisa de la altitud mediante un pitido, por lo que es más cómodo.
- Casco.
- Gafas.
- Guantes.
- Mono de salto con arnés de sujeción.
Si os está entrando el gusanillo de ver imágenes de estos vuelos de halcón aquí tenéis un enlace a un vídeo genial en el se nos muestra la práctica de esta actividad en directo, en el que se puede apreciar además un paisaje precioso: https://www.youtube.com/watch?v=m6-METb39nk
Cumpliendo todos los requisitos y equipándote corréctamente podrás disfrutar de la sensación de ser un pájaro volando por el cielo, así que ¡anímate!.
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